miércoles, 10 de septiembre de 2014

Historia de la Odontología


EXODONCIA

El procedimiento quirúrgico bucal que se lleva a cabo con más frecuencia
es, desgraciadamente, la extracción dentaria.
La terapéutica destinada a extraer el órgano dentario actuará sobre
la articulación alveolodentaria (sinartrosis, sinfibrosis o gonfosis) que
está formada por encía, hueso, diente y periodonto. La exodoncia es una
maniobra cuyo fin es separar estos elementos, desgarrando el periodonto
en su totalidad. Frecuentemente para conseguir luxar y extraer el diente
deberemos distender y dilatar el alvéolo a expensas de la elasticidad del
hueso.

ANTECEDENTES HISTORICOS

Del primer acto quirúrgico practicado en la cavidad bucal, la avulsión
dentaria, tenemos referencias dadas por Baudoin Matsuto y otros
autores, resultado de investigaciones realizadas sobre maxilares del
período neolítico.
En la antigua Mesopotamia, como refiere Febres Cordero, las Tablas
Asirias de la colección Kuyunjik mencionan que un “dentista” aconsejó
a su Rey la extracción de los dientes de su hijo, por ser éstos la causa de
la enfermedad que padecía. Este concepto de infección focal se anticipa
casi tres mil años al expresado por Hunter en 1910.
En papiros egipcios aparecen referencias específicas a distintas enfermedades
dentarias con indicaciones terapéuticas para las infecciones
consecutivas a la caries y la necrosis pulpar.
En las culturas de la antigua India (libro de los Vedas), imperios Persa
y Chino, y en otras altas culturas primarias, prehelénicas o precolombinas,
se encuentran referencias de distintos procesos odontológicos y, entre
ellos de la avulsión dentaria. La exodoncia se practicaba golpeando directamente
sobre la corona o sobre una madera a modo de escoplo, lo que
daba lugar a la fractura del diente o de las corticales óseas alveolares.
En la antigua Grecia, Asclepio o Esculapio (1560 años antes de Cristo)
ya había construido instrumentos rudimentarios para la exodoncia; también se le atribuyen indicaciones precisas sobre la avulsión dentaria que
realizaría con una pinza llamada “odontagogo”. Hipócrates (460 años
antes de Cristo) describe en los libros de la Colección Hipocrática o Corpus
Hippocraticum un inmenso caudal de sus saberes médicos entre
los que se encuentran muchos referidos a la patología y terapéutica bucal
y maxilofacial. En el siglo I, Cornelio Celso en su tratado “De arte
medica”, hace amplias referencias a la Cirugía Bucal, describiendo por
primera vez la importancia de practicar la sindesmotomía.
Galeno dejó un riquísimo legado de obras maestras y doctrinas médicas
que fueron indiscutibles durante años y de entre ellas dedicó una
atención particular a múltiples aspectos anatómicos, clínicos y patológicos
bucomaxilofaciales: tratamientos de las odontalgias, de la erupción
patológica del tercer molar, etc.
En el mundo medieval, el pueblo árabe hereda los conocimientos de
la antigüedad, los conserva y los enriquece, y después los transmite a
la empobrecida civilización de Occidente. Avicena, en el siglo X, en su
“Canon” aporta importantísimos conocimientos de Cirugía bucodentaria,
al igual que Abulcasis que lo reflejó en su tratado de Cirugía “Al-
Tasrif”.
Guy de Chauliac en su obra “Chirurgia Magna” (siglo XIV), hace
numerosas referencias de la extracción dentaria y considera que ésta debe
ser practicada por “doctores”. Esta opinión tiene mucho valor en aquel
tiempo, ya que desde el medioevo este ejercicio o actividad era usurpado
por empíricos, charlatanes o barberos.
Andrea Vesalio (1565) describió la patología producida por el tercer
molar y propone la intervención quirúrgica con ostectomía para conseguir
su exodoncia. En el año 1570, Fabricio d’Acquapendente diseña
toda una colección de instrumentos para la avulsión dentaria adaptados
a la morfología de cada diente en particular. En su obra “Crisol de la Cirugía”
describe las operaciones quirúrgicas que se hacen en la boca.
Ambroise Paré publica en 1572, en París, sus “Cinq Livres de Chirurgie”,
en los cuales se tratan muchas y variadas cuestiones de Cirugía
Bucal y la Odontología en general.
Hasta el siglo XVIII no existen cambios fundamentales en los tradicionales
saberes quirúrgicos del Renacimiento y del Barroco, pero al
final de este período se inicia la cultura científica propiamente moderna
que se acentúa y difunde durante la Ilustración. Esta trascendental renovación
se produce gracias a cuatro hechos fundamentales: el avance
en el saber anatómico, el impulso de los Reales Colegios, la traducción
al castellano de valiosos tratados de Cirugía y de Odontología, y al ejercicio
profesional en nuestro país de cirujanos dentistas extranjeros; destacan
en número los de nacionalidad francesa, y sobresale de entre ellos
Pierre Gay (1717) dentista de la casa real española.
Pierre Fauchard marca un hito en la historia de la Odontología y en
su obra “La Chirurgie Dentiste ou traité des dents” publicada en 1728,acredita amplios conocimientos médico-quirúrgicos, con aportaciones
importantes de técnicas e instrumental de indudable valor para la práctica
de la Cirugía Bucal.
Simon Hullihen (1860), médico-dentista en Estados Unidos, es considerado
históricamente como el fundador de la Cirugía Bucal y Maxilofacial;
sus múltiples publicaciones dan testimonio de su amplio saber
en este campo. 
Con posterioridad han existido numerosos autores
que han aportado sus conocimientos lo que ha permitido un rápido avance
de la Cirugía Bucal –que no expondremos por su amplitud y por no ser
el motivo de esta revisión- pero sí debemos destacar ciertos hechos fundamentales
que se produjeron durante estos años:
– La introducción de la anestesia local cambia substancialmente la
práctica y técnica de la exodoncia desde el punto de vista práctico. No
obstante, con anterioridad Horace Wells, dentista americano, presenciando
una sesión que Colton realizaba en Hartford (1844), deduce los
efectos anestésicos del óxido nitroso, y se sometío después él mismo a
una extracción dentaria.
Posteriormente se estudian y popularizan las propiedades anestésicas
del protóxido, éter, cloroformo, etc., y en 1884 Koller comienza la
aplicación de los anestésicos locales a base de soluciones de cocaína
hasta llegar a las modernas substancias anestésicas actuales.
– Gracias a un químico, Louis Pasteur, y a sus precursores –dos hombres
del siglo XIX, Holmes y Semmelweis–, se describe que la infección
es una enfermedad contagiosa. La antisepsia se debe a una gran figura
de la medicina, Joseph Lister que con el empleo del ácido fénico,
marca un hito en la cirugía.
La posibilidad de obtener imágenes radiográficas parciales de cada
diente o una panorámica de la región maxilar, ofrece desde el punto diagnóstico
y técnico una calidad al acto de la exodoncia, desmarcándolo de
cualquier manipulación que pueda ser efectuada por una persona no especializada.

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